Todo empezó por mi abuela, crochetera desde que la conozco hasta el último día. He sido siempre curiosa y creativa, me alucina ver cómo con un ovillo podía crear manteles, mantas, pañoletas… ¡ con esas formas y colores ! Esos ciervos en las colchas, esos manteles en formas de mandala… yo miraba cada punto y luego me sentaba a su lado para ver… pues nada, porque lo hacía tan rápido que no veía nada.
Mi primera vez fue a los 8 años que le dije: «Abuela, dame una aguja y un hilo que quiero hacer algo contigo». Y así fue, mi primera pieza fue una manopla y como no, para seguir ensayando hice manoplas para toda la familia. Con el tiempo, como ella no es la única aficionada a las labores en la familia, fue aprendiendo otras técnicas y otras labores. Tengo la suerte de tener a todas mis tías costureras profesionales y creativas por naturaleza. Todas ellas han sido fuente de inspiración y aprendizaje de puntos y formas.
Cuando ya tuve la casa llena de cosas y la casa de mi madre, mi hermana, mis amigas todas tenían algo … poco a poco fui teniendo encargos hasta que llegó el momento que tenía muchísimos y decidí montar un puesto de artesanía en mi pueblo, tuve mucho éxito, tanto que no llegaba a rellenar lo que vendía ya que combinaba esta afición con mi trabajo. Durante un tiempo, abandoné la costura, pero no la olvidé, y ahora… ya con 30 años estoy encantada de tener la oportunidad de sentir que tengo ¡ una tienda online !. Y sí, me encanta la costura, el punto, el crochet, el patchwork, el scrapbooking, la decoración DIY, customizar mi ropa ¡ y todo lo que se me vaya ocurriendo !.
La guinda de todo el pastel, es que durante todo el periodo he ido comprando agujas distintas, de colores, con manguito… pero ninguna es de mi agrado y ¡ aún sigo cosiendo con la primera aguja que me regaló mi abuela ! Una Dama 00.